Pensamos primero, en lo importante de conectarse con las raíces.
Un árbol fuerte que da buena cosecha, tiene buenas raíces que capturan el agua y los nutrientes para generar frutos en abundancia y de calidad.
En las organizaciones actuales, sus raíces, estas capacidades que no se ven pero que son vitales, son los activos intangibles que, hoy representan hasta el 80% de las fuentes de valor. Estos activos o capitales intangibles incluyen la estrategia, innovación, investigación y desarrollo, cultura, capital humano y conocimiento relaciones con clientes y aliados, marca, diseño, patentes y derechos, entre otros.
Comenzábamos así con la creación del nombre, queríamos hiciese referencia al concepto de raíces. Buscábamos recuperar vocablos antiguos, de valor conceptual significativo y finalmente, lo conectamos con uno de nuestros pueblos originarios, los Rapanui, dándole además, ese sentido de integración, diversidad y una fuerte identidad propia. La pregunta que surgió fue, cómo se dirá raíz en Rapanui? Google, para que te tenemos… uno… dos… tres… se dice AKA.
Nuestra AKA nos vincularía, como pilar de valores:
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Compromiso
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Cercanía
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Aprendizaje
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Pro actividad
Pensamos también en una segunda dimensión significativa y diferenciadora que genera la transformación: la capacidad de adaptarse. Pero no cualquier adaptación, sino, ese proceso de cambio que permite el surgimiento de nuevas capacidades y formas de generar valor.